Aunque no faltaron quienes vieron el borlote ocurrido esta mañana en el Municipio de Emiliano Zapata fue orquestado y muy bien trabajado por manos pintadas de otros colores políticos al alcalde Erick Ruiz Hernández, lo cierto es que, si así fue, él ha dado motivos suficientes por la desatención de sus obligaciones y responsabilidades.

Y no fue un vecino, fueron cientos los que además de tomarle el Palacio a Erick Ruiz provocaron un tremendo taponazo en la autopista Xalapa-Cardel.

La petición justa, aseguran, es que se cancelen las concesiones para la perforación de 5 pozos que se le autorizaron sin razones técnicas a los fraccionadores del Terranova, con lo que se ha puesto en riesgo la dotación del vital líquido para unos 50 mil habitantes de 22 localidades.

Pero dirá usted, ¿cómo es que le echan la bola al alcalde si dar concesiones de perforación de pozos no está dentro de las facultades municipales sino de la Comisión Nacional del Agua?

Cierto, muy cierto. Sin embargo, los habitantes de su municipio tienen un problema y lo mínimo que se esperaba de su alcalde es que los escuchara y los ayudara en las gestiones ante la dependencia federal para que se sepa bajo qué criterios se autorizó la perforación de esos pozos a la inmobiliaria fraccionadora.

Pero no, el alcalde Erik Ruiz Hernández no le importó la preocupación de su gente que luego de tantas evasivas a la gente no le importó siquiera que se hayan plantado ya frente a Palacio de Gobierno en Plaza Lerdo a manifestar su descontento. El alcalde se montó en su macho y ahí están las consecuencias.