La culpa es de doña Inés Romero.  

En la historia de Veracruz, la opaca, parcial y sesgada actuación de jueces, magistrados y hasta de quienes ostentan el poder de abrir las puertas en las oficinas del Poder Judicial, ha sido la pesada losa que estoicamente los veracruzanos han cargado con resignación. 

Se esperaba (y por ello el pueblo votó en favor de un nuevo gobierno) que lo anterior menguara, pero ha sido al contrario; los nuevos que llegaron al poder judicial no han demostrado ni la honestidad, ni la capacidad y menos el compromiso social que se esperaba. 

Al contrario, a lo anterior habrá que añadir lo que hoy destaca el distinguido periodista Quirino Moreno: 

“¡Estilo cachirul! No hay que confundir… En el caso del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJ), la institución es afectada por quienes la encabezan ya que generan desconfianza al incumplir con la ley, haciéndose patos con los laudos laborales originados ahí mismo… Y si el tribunal no cumple con obedecer las resoluciones correspondientes, como pagos de salarios caídos y reinstalación, o pago de liquidaciones; en realidad doña Isabel Inés Romero Cruz, está representando de manera vergonzante a ese poder judicial… Si no cumple con los más elemental, ¿cómo puede garantizar que se cumpla con lo sustantivo…? La culpa de doña Inés y su manera muy “elemental” de conducir el TSJ…”. 

Lo anterior viene a colación porque el día de hoy, por segunda ocasión, se le negó la reinstalación laboral a Gustavo Cadena Mathey, pese a que ha ganado el juicio y la instrucción es que se le reinstale. 

Hoy en día se está peor que antes. Pero no lo contamos más, mejor lo invitamos a leer a Quirino Moreno y su columna completa aquí.