Con no decir mucho, dijo bastante la auditora general del Órgano de Fiscalización Superior, Delia González Cobos, cuando simplemente mencionó respaldar el cambio de presidente de la Comisión de Vigilancia del Congreso local. 

Y es que ya era un secreto a voces, que el ahora ex presidente de dicha comisión, el diputado local Luis Arturo Santiago era señalado por andar haciendo de las suyas. Alcaldes, y hasta sus propios compañeros de la bancada de MORENA, lo ubican haciendo negocios al margen de la ley. 

Dicen que fueron dos, no las gotas, sino los litros que derramaron la alberca. Por un lado, se habla de que ordenó a una gran cantidad de municipios contratar a ciertos despachos por la elaboración de los planes municipales de desarrollo, hecho que habría sido un negocio de unos 6 millones de pesos. 

El otro tema, comentan, era que anduvo prometiendo a ex alcaldes, así como a actuales presidentes municipales, que sus cuentas saldrían aprobadas y sin daño patrimonial a cambio de beneficio$. 

Esas dos versiones las estuvieron comentando en el Congreso Local durante toda la semana varios trabajadores e incluso algunos legisladores de su propio partido. 

Por ello, cuando la auditora general fue entrevistada sobre ese tema en la Guardia de Honor frente al monumento de Miguel Hidalgo, se limitó a decir que respaldaba el cambio y la llegada de Rafael Fararoni. 

Eso sí, no criticó pero tampoco avaló el trabajo de Luis Arturo Santiago, y lo hizo bien, porque como dirían los clásicos, en estos casos siempre es mejor mantener la “paciencia, prudencia, verbal contingencia, dominio de ciencia, presencia o ausencia, según conveniencia”.