Coincidencia o no, pero ya van varias veces en septiembre que tiembla en alguna parte del país, y cuyos efectos se resienten en Veracruz… y si a eso le sumamos que por el Estado escurre más de la tercera parte del agua de México, que tenemos la única central nucleoeléctrica y una enorme red de ductos de Pemex, sin duda alguna estamos en una zona en donde nos encontramos vulnerables. 

Ante ello, resulta importante saber sobre qué estamos parados y para ello no hay mejor instrumento que el Atlas Municipal de Riesgo. 

Sin embargo, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 40 municipios en el Estado de Veracruz no cuentan con su Atlas de Riesgo, lo cual equivale al 19 por ciento, mientras que los restantes 182 sí lo tienen. 

A través de un estudio elaborado respecto a la Protección Civil, se resaltó que a nivel nacional se observó que el número de servidores públicos que laboran en este sector es mucho mayor en los municipios que en el ámbito estatal. 

De igual forma, refiere que en en 2021, 11 gobiernos estatales dispusieron de un fondo propio para la atención de emergencias y desastres, cuando 5 años atrás, prácticamente las 32 entidades federativas contaban con tal recurso. 

Las unidades de protección civil son oficinas dentro de las administraciones públicas que se encargan de promover la capacitación, organización y preparación de las y los brigadistas comunitarios; identificar y delimitar zonas de riesgo; controlar las rutas de evacuación y acceso a las zonas afectadas; coordinar los servicios asistenciales; aislar temporal, parcial o totalmente el área afectada, entre otras funciones encaminadas a proteger a la sociedad en situaciones que puedan poner en peligro la vida. 

Las unidades o áreas de protección civil están disponibles en todas las entidades; sin embargo, varía la cantidad de personal que trabaja en estas. En 2021, laboraban 3 796 servidoras y servidores públicos en las áreas de protección civil estatales lo que representó una tasa nacional de tres servidores públicos estatales por cada 100 mil habitantes. Las tasas más altas se observaron en Guerrero, Nayarit, Campeche y Tabasco, con más de 10 servidores públicos, mientras que en el caso de Veracruz es de 2.9. 

Aún así, tampoco es un secreto que en la inmensa mayoría de los municipios esos Atlas de Riesgo no son más que un “copy paste” de otros (igual que los Planes Municipales de Desarrollo) y que solo sirven para cumplir con el requisito. 

¡Vaya! Sin ir más lejos, en muchos aspectos el Atlas de Riesgo estatal también tiene deficiencias. Desde que se comenzó a “actualizar” en el sexenio de Fidel Herrera y su posterior desarrollo en el de Javier Duarte, no sirvió más que para la suspensión de clases en los momentos de huracanes, pero de allí en fuera, ¿Qué resultado positivo tiene? ¿Cuántas casas se localizan en las faldas de los cerros a punto de deslavar, cuántas en las riberas de los ríos de respuesta rápida, cuántas instalaciones en terrenos riesgosos? 

Y aunque los Atlas municipales de Riesgo son atribución de los municipios... sí debería ser la Secretaría de Protección Civil, a cargo de Guadalupe Osorno, un ente rector y con atribuciones suficientes para meter orden en el desorden. 

Falta mucho en Protección Civil… pese a que cada septiembre se nos recuerda lo importante que es.