Hoy, el prestigiado periodista Raymundo Jiménez nos ofrece un excelente análisis de lo que ocurre en la política veracruzana.

Raymundo descarta enfriamiento alguno entre el número dos con el número uno de gobierno luego de que “En los últimos días, entre algunos grupos morenistas de Veracruz, han circulado versiones acerca de un supuesto distanciamiento entre el gobernador Cuitláhuac García y su secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos”.

Raymundo expone aquí la razón por la que Cuitláhuac no asistió al pastel de cumpleaños de Cisneros y explica el sorprendente “GPI” escrito por Cuitláhuac en sus redes sociales, con respecto al caso, y explica, además, cómo se subsanó el tan simple punto.

Sin embargo, al entrelazar ese tema con la sucesión del 24 entonces la lectura de ‘Al pie de la letra’ cobra importancia y se vuelve obligada de acuerdo con las siguientes aristas:

1.- “Según amigos de don Eric –que los tiene–, los rumores esparcidos últimamente acerca de un supuesto distanciamiento con el Ejecutivo estatal se deberían más bien a una campaña para descartar al cuenqueño en la puja por la candidatura al Senado de la República”.

2.- Un segundo punto que quizá se debió poner como el primero se refiere a que en el juego sucesorio hay tres personajes: Rocío Nahle, Sergio Gutiérrez Luna y Ricardo Ahued. Raymundo explica aquí porqué.

3.- “Y es que la disputa por la senaduría entre los más cercanos al gobernador y también entre los no tan allegados –como Manuel Huerta Ladrón de Guevara, delegado federal de Programas para el Desarrollo en el Estado de Veracruz se ha intensificado ya que este cargo de elección popular de seis años sería el mejor trampolín político para saltar a la gubernatura en la sucesión estatal de 2030”.

4.- Al mismo tiempo, Raymundo le pone hielo al asunto, al retomar lo que reiteradamente ha declarado Manuel Huerta en el sentido de que: “nadie, nadie, nadie tiene segura la nominación a la gubernatura”. Incluso para el Senado.

Es decir, aunque para algunos el agua es muy clara y cristalina, lo cierto es que ni para la gubernatura ni para la senaduría se podría decir que ya es ‘cosa juzgada’.

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