CONSUMADA la aprobación de la permanencia en las calles de las fuerzas armadas, donde parte de la oposición fue subyugada al poder que se ejerce desde Palacio Nacional, se define, pues, que el escenario político  está listo para que Morena gane nuevamente las elecciones presidenciales y, tal vez, como en Veracruz, algunas entidades del país que se sumarían a las que ya tiene a su favor en todo el territorio nacional.

Aunque antes de la sucesión presidencial se tendrían que ver los resultados de las elecciones en dos estados importantes de la República como son el de Coahuila y el Estado de México, disminuyen las posibilidades de que ocurra un milagro. Si acaso, será Coahuila, una posición para el PRI, que ya no es completamente oposición política, apoyado, seguramente, por el mismo movimiento político de Regeneración Nacional, con una negociación favorable al partido en el poder para ganar el Estado de México, donde ya se considera que el tricolor entregará la plaza.

Esas son las cosas que están pasando en México, donde las generaciones políticas del PRI, incluyendo a los jóvenes que se están preparando en la actividad política, comienzan por desistir de su esfuerzo por mantenerse ajenos a la influencia o presión política del gobierno en turno, la cual bien sabe para que sirve el dinero y los archivos políticos que tiene en sus manos para hacer caer hasta el más fuerte de los opositores.

Y es que aquí no se trata de lo que estén pensando en la cúpula política del PRI y del mismo gobierno, sino en lo que el grueso de la militancia priista cree. Ahora será más difícil, así se ve, que los propios comités estatales tricolores, como es el caso de Veracruz, puedan tener amplio margen para mantener la unidad política, porque hasta los mismos líderes, seguramente, se darán por decepcionados luego del trabajo que realizan y que al final estarán viendo que no les servirá de mucho.

Lo que sucede al PRI nacional, repercute, necesariamente, en el ámbito nacional y este es el momento en que muchos de los que ya se encontraban alineados como una verdadera oposición, se quedarán solamente a la expectativa de lo que pueda suceder en el futuro. Algunos diputados y senadores priistas, ya no serán confiables para el resto de la militancia tricolor, tanto a nivel nacional como en la propia entidad veracruzana. 

(DE LA COLUMNA "LÍNEA POLÍTICA")