Tal vez haya argumentos sólidos para el por qué el Instituto Veracruzano del Deporte, una y otra vez, año con año, ha presentado presuntos daños patrimoniales. 

Y es que en épocas donde los rechazos para apoyar a atletas y entrenadores están a la orden del día, los presuntos daños patrimoniales ofenden. 

De acuerdo con el Informe de la Cuenta Pública 2021, que recién dio a conocer el Órgano de Fiscalización Superior, todo parece indicar que aparentes fantasmas rondan por el Instituto Veracruzano del Deporte. 

Y es que dicho instituto, dirigido por Alberto Nava Lozano, resultó con un presunto daño patrimonial de casi 11 millones de pesos (10 millones 896 mil 346.49 pesos). 

De tal monto, resalta que la principal observación es la número FP-062/2021/011 DAÑ la cual refiere que se pagó un monto de 10 millones de pesos para cubrir los gastos del Curso de Profesionalización a Entrenadores de Baloncesto con el proveedor Promoción Deportiva y Cultural, A.C. 

Resalta que el IVD autorizó el pago de dicho monto desde diciembre, pero apenas el pasado 19 de agosto de 2022, se realizó la celebración del contrato… y por si fuera poco el curso se realizó del 10 de enero al 4 de marzo del 2022. Es decir, primero se pagó, luego se realizó y al final se plasmó en papel lo que en teoría se hizo. 

Aunado a ello, no presenta el registro de Agentes Capacitadores de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social y la actividad económica en la Constancia de Situación Fiscal del proveedor, no se vincula con el servicio prestado. 

Pero si la duda existe con respecto a quienes impartieron el curso, tampoco existe un listado de quienes participaron. ¡Vaya! Ni siquiera hay como constancia la entrega de diplomas.