Pocas veces la discusión de los presupuestos públicos había salido del recinto de San Lázaro… como ahora. 

Diputados federales de los partidos afines al gobierno y opositores, han salido a las calles y foros estatales para dejar bien claras sus posturas con respecto al Presupuesto de Egresos de la Federación para el 2023. 

La población que se ha querido enterar lo han hecho, pues la difusión de las posturas partidistas han sido dadas a conocer con suficiencia hasta en redes sociales. 

Así que al cerrarse el círculo del proceso legislativo, anoche mismo las posiciones partidistas quedaron expuestas y firmadas en el dictamen que fue avalado por mayoría con los votos de Morena y sus aliados y, desde luego, con el rechazo de los diputados de oposición de los partidos PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano. 

El dictamen señala una propuesta para ejercer en el 2023, de casi 8.3 billones de pesos; superior en 11.5% al que se ejerce este año en el país.  

Sin embargo, el punto más álgido de discusión no fue esta vez por los recursos que se debían destinar al campo, la salud o la educación como antaño, sino en el recorte de 4 mil 475 millones de pesos al Instituto Nacional Electoral (INE) y los 6 mil 437 millones de pesos se reasignarán hacia subsidios sociales. 

Visto así, el tema pareciera simple, pero no lo es, pues se trata ni más ni menos (y en el fondo) de qué país se busca tener y el papel que juegan las políticas públicas en la vida nacional. 

La aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación, como ha sido dictaminado en Comisiones, empezará a discutirse en el Pleno de la Cámara de Diputados a partir del día de hoy y se esperan intensas jornadas mediáticas que inundarán las redes sociales con temas que, con toda seguridad, nutrirán la anunciada marcha a realizarse en casi todas las capitales estatales del país, el próximo 13 de noviembre (en principio) en defensa del INE. 

Sin duda el país se juega hoy en las calles lo que antes era patrimonio de unos cuantos legisladores… y eso está bien.