Este inicio de semana, los sabios bebedores de café comentaban entre lecheros humeantes que el modificar el reglamento del Congreso del Estado para que los diputados obligadamente asistan a las comparecencias, puede parecerles un exceso y algo poco factible a muchos… pero que no sería descabellado. 

Sin embargo, algo se debe hacer pues tan es obligación de los funcionarios públicos comparecer ante el Congreso en la Glosa del Informe, como debería ser obligación de los diputados estar atentos de las comparecencias pues es la oportunidad perfecta para cuestionar o criticar lo que, por lo regular, solo litigan en los medios los diputados de oposición. 

Así, como un oasis en el desierto está siendo la participación de los diputados del PRI. 

Recientemente Anilú Ingram Vallines alzó fuerte la voz por la no votación de la Ley Monse, y es loable… sin embargo, quien está destacando en las comparecencias es el líder del PRI y diputado local, Marlon Ramírez Marín. 

Marlon ha sido un duro crítico en las comparecencias, a las cuales ha acudido con algo más que sus dichos pues en varias de ellas ha llevado documentos de prueba que configuran presuntos abusos de poder… y esto es lo que finalmente la ciudadanía espera de sus diputados, que sean comprometidos y que los representen. 

La mayor crítica por parte de los diputados de oposición es que el formato de las comparecencias es malo y no permite una adecuada interacción con los comparecientes. Sin embargo, el PAN al parecer tiene una deficiencia sistémica, y es que ellos al parecer solo hablan de temas mediáticos, de los que están en la agenda de los medios y por eso es que le tienen que buscar siempre el lado B de las cosas, lo cual no es fácil. 

Pero eso, finalmente, tampoco es justificante para que no acudan a las sesiones y si no van en forma de protesta, pues tampoco están ayudando en nada. 

Marlon Ramírez Marín está aprovechando al máximo esa laguna que están dejando los diputados del PAN y si más diputados hicieran su tarea de investigación como lo está haciendo Marlon, otro gallo cantaría y las comparecencias serían mejores ejercicios de transparencia. 

Mucha razón tiene también el diputado Juan Javier Gómez Cazarín al intentar apretar a los diputados faltistas. 

“A mí en lo personal me molesta mucho lo que hacen, el pueblo paga para que estemos presentes y los defendamos. La obligación que tienen es estar presentes. Hicimos el exhorto. Estamos planeando modificaciones en el reglamento interno para que no suceda esto nuevamente en el año que viene, para que estén presenten de manera obligatoria. Yo no veo bien lo que hacen", dijo en su momento Gómez Cazarín. 

¿Y sabe qué? Tiene razón, el pueblo es el que paga su sueldo y no se vale que no acudan ni hagan su labor. 

Canillazos duros a los diputados faltitas, y lecheros calientes con menú completo a diputados como Gómez Cazarín y Marlon Ramírez Marín.