Dado que el método de la insaculación (primer método que utilizó MORENA para le elección de candidatos) no les funcionó, lo cambiaron, acaso habrá que esperar que más adelante puedan escoger otro que les dé mayor certeza de democracia interna.

Las encuestas les funcionaron en las elecciones intermedias del 5 de junio pasado y les permitió ganar en Oaxaca, Quintana Roo, Tamaulipas e Hidalgo y solo perdieron Durango y Aguascalientes; lo mejor para ellos fue que ninguno de los de MORENA que participaron en la encuesta perdió y salió chillando y despotricando de la misma.

Sin embargo, la voz de alarma la acaba de dar el actual subsecretario de Seguridad y Participación Ciudadana, Ricardo Mejía Berdeja, quien al perder la candidatura al gobierno de Coahuila, salió despotricando en contra de la encuesta.

Lo anterior, si fuera un hecho aislado, quizá no tendría impactos negativos al interior de MORENA pero al encontrarse en vísperas de sacar a su candidato a la presidencia para el 2024, el tema podría escalar, ponerse caliente y servir de excusa a las Corcholatas que le compiten a ‘La favorita’ de Palacio para complicarle el asunto al presidente.

Y es que el tema de las encuestas es hoy el centro del debate interno en MORENA y Ricardo Mejía, aspirante perdedor, le puso el cascabel al gato al descalificar los resultados de la encuesta aplicada y acusar de amaños y dudas en la manera en que se levantaron los sondeos.

Tan caló hondo en MORENA que de inmediato AMLO desde la mañanera de ayer hizo un llamado para que se acepten los resultados, aunque no les guste quien resulte ganador, e insistió a que se respete el método de las encuestas.

Y es que el berrinche y acaloradas rabietas públicas de Mejía Berdeja puede ser la palanca de apoyo que necesitaban el senador Ricardo Monreal o el canciller Marcelo Ebrard en su ya previsible insurrección.

De no ser ese el tema central, qué caso tendría el llamado de AMLO.