A cuatro días de celebrarse en la CDMX la Cumbre de líderes de América del Norte, en la que estarán presente como visitantes los presidentes de los Estados Unidos de América y Canadá, Joe Biden y Justin Trudeau, respectivamente, se da en evento inesperado la captura de Ovidio Guzmán, hijo del peligroso ‘Chapo’, detenido en una cárcel de máxima seguridad en el vecino país del Norte. 

A menos que el operativo de la captura de Ovidio Guzmán se haya llevado a cabo por contar las fuerzas de seguridad mexicana y norteamericana, con información confirmada de algún ataque importante que se llevaría a cabo durante la Cumbre, no se explica que se haya realizado precisamente cuatro días antes de tan importante evento internacional. 

Cierto, podría decirse que el operativo fue un éxito, pero también lo es que el estado de incertidumbre que ya se empezó a sentir este mismo día en el país, y sobre todo en una ciudad paralizada como Culiacán (vuelos nacionales e internacionales cancelados debido temor de ataques armados como reacción del crimen organizado) podría ser de alcance internacional e incluso llegar a tener que cancelar la Cumbre. 

Sobre todo porque el proceso que sigue para sentenciar o extraditar a Ovidio Guzmán tardará quizá años en concretarse y mientras lo tendrán que mantener en cárceles de máxima seguridad desde donde lo más seguro es que su cártel intentará ponerlo fuera. 

Es decir, vendrán tiempos de temor e incertidumbre de que se presenten atentados en contra de la sociedad. 

Desafortunadamente lo que viene en el país puede ser todo, y tal vez sea todo menos la paz que la titular de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, dice buscar.