El gobierno mexicano en voz del presidente Andrés Manuel López Obrador fijo su postura con respecto a las voces norteamericanas que exigen se clasifique a los narcotraficantes mexicanos como terroristas con el fin de poder intervenir directa y presencialmente en nuestro territorio para hacerles la guerra frontal y terminar con la pesadilla que están sufriendo miles de norteamericanos. 

AMLO dijo: “De una vez fijamos postura: nosotros no vamos a permitir que intervenga ningún Gobierno extranjero”. 

Y la verdad eso sueno bonito, da la seguridad a los mexicanos de que la Soberanía nacional debe permanecer inviolable, sin embargo, en el fondo ese no es el problema. 

Lo es que en México no han existido son la voluntad política, ni la inteligencia para hacerle frente al narcotráfico de manera efectiva. Los datos que sirvieron para que un Tribunal de los Estados Unidos condenara al extitular de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón deberían ser más que suficientes para suponer que las autoridades de seguridad pública del país permanecen infiltrados de los cárteles y se debería actuar en consecuencia y de inmediato. 

Así, más que una declaración patriotera de AMLO, lo que México necesita es un compromiso presidencial sólido para depurar las autoridades de seguridad y cumplir y hacer cumplir las leyes, que son muchas y efectivas. 

México no necesita ofrecimientos al estilo Juan Escutia, sino el compromiso de cumplir lo que se debe para evitar que de los Estados Unidos tengan que frenar sus intentos intervencionistas. 

Por otro lado, en los Estados Unidos, en lugar de estar planeando y queriendo invadir el territorio nacional, que combatan a los cárteles cuando ingresen la droga en su país. Y así, que cada quien limpie su cochinero.