Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en México 7 padres de cada 10 divorcios, no cumplen con la obligación de manutención, y la pensión alimenticia es un derecho que otorga la ley, a niños, niñas y adolescentes; ahora bien, con la aprobación en el senado de la creación del Padrón de Deudores Alimentarios, esto traerá consigo una serie de restricción para los deudores, entre ellas: el empadronado, no podrá presentarse a ningún cargo de elección popular, no podrá renovar su licencia para conducir, ni podrá obtener un pasaporte o renovar su credencial del INE.

A partir de ahora, se tendría que presentar un certificado de no inscripción al Registro Nacional de Deudores Alimentarios, para una serie de trámites notariales, hacendarios e incluso, para contraer nupcias.

Ahora bien, muy felices ayer las senadoras Olga Sánchez Cordero del Movimiento de Regeneración Nacional, Mayuli Martínez de Acción Nacional y Geovanna Bañuelos del Partido del Trabajo, presentaron con bombo y platillo su maravilloso padrón, luego entonces imagino las féminas, consientes están de que en México al menos,  ese padrón estará conformado en su mayoría por hombres, son raras las mujeres que abandonan a los hijos y se desentienden, seamos realistas, sin embargo las hay.

Los de mi generación, en su mayoría provenimos de hogares en donde la madre es prácticamente la mujer maravilla, porque sola sacó adelante a dos o tres hijos, con el sudor de su frente, nos dio carrera, nos hizo gente de bien y aquí estamos dando la batalla, a ellas la liberación femenina, no me queda claro si las ayudó o las perjudicó, porque por un lado les dio un montón de derechos y les abrió las puertas en universidades y oportunidades laborales, pero también es una realidad, que las mujeres trabajadoras, le dan la gran ventaja al hombre de divorciarse, irse, rehacer su vida y ¿De manutención de los hijos? De eso ni se acuerdan, que para eso su ex trabaja ¡Cómo no!

Por eso creo que más que padrones y decretos, lo que haría falta, al menos en México, seria una revolución masculina rudísima, las mujeres estamos hasta la madre de ser el hombre de nuestras vidas ¡Caray! Porque de hombres machos… muchos, pero responsables… pocos.

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(DE LA COLUMNA "LA POLÍTICA EN ROSA")

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