A finales del sexenio de Javier Duarte, las finanzas estatales se fueron en caída libre. Las calificadoras internacionales más importantes comenzaron a reducir la calificación estatal, llegando a calificaciones basura en el bienio de Miguel Ángel Yunes Linares. 

Moody’s, para el 2017, colocó las finanzas estatales en B-, mientras que Fitch Ratings y HR Ratings, las llegaron a colocar en BB- y BB, respectivamente. 

Por eso, al inicio del gobierno de Cuitláhuac García Jiménez, muchos analistas comentaron la difícil situación financiera estatal y destacaban no solo las calificaciones internacionales sino que aderezaban sus comentarios con incrementos en la deuda y hasta quiebras técnicas. 

Sin embargo, poco a poco dicha situación fue cambiando. Primero, gracias a la Ley de Austeridad y a manejos responsables de la deuda y las finanzas. 

Ahora, la nota que da el gobierno es que las finanzas estatales se encuentran estables, según HR Ratings, que subió la calificación a A-. 

Lo anterior lo explican por un destacado desempeño en la recaudación, un incremento en los ingresos de libre disposición y mayor liquidez, además de un menor financiamiento de corto plazo en 2022. 

El titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación, José Luis Lima Franco, expuso que tal determinación da cuenta del resultado de las políticas de austeridad, disciplina financiera y contención del gasto público. “Hoy por hoy Veracruz tiene calificación A de las empresas especializadas, lo cual la convierte en una entidad atractiva para inversionistas nacionales y extranjeros”.

De esta forma, estima que en 2023 el Gobierno incremente el gasto de inversión y mantenga un balance primario superavitario del 2.8%. En los próximos años prevé que los ingresos de libre disposición registren una dinámica creciente y que el balance primario se ubique en un nivel promedio de 2.4; esto, de 2024 a 2026.