Aunque es difícil por los tiempos de polarización política que vive el país, pero se debe analizar con objetividad lo que en realidad está pasando en el sector salud, y se debe ser objetivo con este tema porque con la salud no se debe jugar, ni se debe depender de tiempos políticos. 

Y es que el Sector Salud no solo importa por su infraestructura, se pueden tener cientos de hospitales y clínicas pero solo serán el cascarón. Lo importante, y mucho, aparte de la oportuna y buena atención médica, es que se surtan las recetas que se logran conseguir luego de los reconocidos viacrucis para obtener citas médicas. 

Así, es trágico que según los datos publicados hoy por el diario El Economista, en todo el año pasado se dejaron de surtir 15.2 millones de recetas médicas. 

De esos 15.2 millones fue el IMSS, de Zoé Robledo, la institución que más recetas dejó sin surtir, con 12.5 millones; le siguió PEMEX con 1.08 millones de recetas sin surtir; el ISSSTE con 784 mil recetas sin surtir; y después la SEDENA y la SEMAR. 

El problema mayor lo sufren aquellos derechohabientes que con suerte lograron que se les hiciera alguna intervención quirúrgica y no le son surtidos los medicamentos para su restablecimiento, y también aquellos que dependen de medicamentos de control de por vida para enfermedades como la presión, diabetes o casos dramáticos como el cáncer. 

Al principio del actual gobierno se entendió -aunque no fue justificable- que hubiera escasez, dado que a los grandes laboratorios se les apretaron las manos en las contrataciones sin control que se dijo había; pero ya el actual gobierno casi va de salida y no han podido regularizar el desabasto, lo cual indica que así terminará y las promesas de AMLO de darle a los mexicanos un sistema de salud como el de Dinamarca pasará a la historia solo como alimento de memes.