Pues sí, finalmente sí hay debate entre las corcholatas de AMLO, Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, quienes puntean en las mayorías de las encuestas que publican las más de 70 casas encuestadoras, aprietan el paso y se metieron al campo del debate. 

El tema que dio origen al primer debate público entre Marcelo Ebrard Casaubón y Claudia Sheinbaum Pardo es el de la Seguridad Pública, un tema más que obligado y que requiere no solo ganas de resolverlo sino experiencia y un buen diseñado plan que le ponga fin a ese flagelo, azote, dolor de cabeza y llanto nacional. 

La seguridad de los mexicanos es quizá el tema más importante que se debe resolver en el país, pues está visto que ni los gobernantes anteriores, ni AMLO, lo han podido resolver, así que ahora que los tiempos preelectorales válidos, legales o no, se han ampliado, ojalá y se utilice para un debate serio no solo entre las corcholatas de AMLO sino también entre los querendones de la oposición. 

El debate inició a los pocos días de iniciado el recorrido en busca de darse a conocer y apoyo para convertirse en Coordinador de la Defensa de la Transformación Nacional. 

Para no entrar en detalles anteriores e ir al grano, Marcelo Ebrard le metió velocidad al tema y en declaraciones en redes sociales dio respuesta a la estrategia de seguridad planteada y presumida también públicamente en redes sociales por Claudia Sheinbaum, quién presumiera las cifras de seguridad durante su administración en la CDMX. El excanciller aseguró que la estrategia fue diseñada por él y por el presidente Andrés Manuel López Obrador y le cuestionó: "¿qué es lo que sigue? ¿qué otros pasos debemos dar?".

De inmediato, Claudia Sheinbaum respondió así: ‘Me da gusto que Marcelo esté pendiente de lo que digo en las redes sociales' y dijo que habrá más en la próxima semana. 

Y es que eso, más que bailecitos y desfiguros, es a lo que se deben dedicar los que aspiren a gobernar este país, que den a conocer sus ideas, que debatan fuera de esos debates fríos y acartonados que solo sirven para que algunas televisoras se beneficien. 

Es preciso y una exigencia nacional que desde la oposición le entren igual al debate serio, propositivo, debate de ideas y no de la guerra de lodo para ganar popularidad. Este país necesita de capacidades más que de coloquiales agarrones.