Aunque todo depende del cristal con que se mire, la cachaza, flema o desvergüenza que trasluce Ome Tochtli Méndez Ramírez, rector de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz (UPAV), al decir que el haber cesado a 50 o 60 asesores por acoso sexual o laboral, son pocos, no tiene parangón.

Lo anterior porque según él, lo único que puede hacer la UPAV es quitarlos o cesarlos de la Universidad. No pueden hacer más, ya que cada asesor solidario se responsabiliza de su proceso de cómo dar clases, hay libertad de cátedra, lo que no se permite es que haya afectaciones a los ‘aprendientes’, cuotas o amenazas y existan quejas, por otros motivos no se les puede cesar’. 

Quizá el consuelo del rector Ome Tochtli Méndez Ramírez es que, según él, los 50 o 60 cesados no es significativo comparados con los 5 mil asesores solidarios con los que cuenta la UPAV. 

Cierto, ¿Qué son 50 o 60 acosadores sexuales o laborales, pues cuantitativamente y en porcentaje ni pintan? Pero, ¿Si alguno de esos casos violentados hubiera sido algún familiar seguiría pensando igual? 

La cachaza, flema o desvergüenza del rector Ome Tochtli Méndez Ramírez, es lamentable; quizá no tenga idea de lo que pasa dentro de la institución, pero se dice cada cosa del libertinaje con el que se manejan muchos asesores solidarios y directores, que el tan sonado y denunciado caso de Perote se queda chico. 

Y es que casos hay cientos, pero lo que denuncia y se logra saber viene a ser tan solo la punta del iceberg. 

Sin embargo, si de lo que se trata es de llenar el mercado laboral con títulos o certificados, que siga el baile y que viva la autonomía.