Para nadie es un secreto que las actuales condiciones de salud del exgobernador Fidel Herrera Beltrán, lo obligan a mantenerse contenido en una silla de ruedas y con serias dificultades de comunicación.

Quienes se han acercado para saludarlo (lo que cada vez se permite menos) comentan que sólo dos personas tienen la autoridad para transmitir los pensamientos, las palabras que quisiera explicar el nativo de Nopaltepec: su esposa, Rosa Borunda, y su hijo Javier Herrera.

De los hijos de Fidel Herrera y Rosa Borunda, ha sido Javier el único que ha abrazado el camino de la política, en principio asumiendo el control, en Veracruz, del Partido Verde, en gran medida gracias a la operación de su padre (algo que él mismo admite).

Su cercanía personal con el senador del PVEM Manuel Velasco (con quien tuvo un estratégico trabajo político durante su gubernatura en Chiapas) y su propio apellido, han sido hasta ahora sus más sólidos argumentos para la búsqueda de posiciones relevantes al interior de ese partido (hoy satélite de Morena, como antes lo fue del PRI y del PAN), pero está claro que no ha “caminado” lo suficiente el estado de Veracruz, como para convertirse en una verdadera opción a la gubernatura.

Desde el propio Partido Verde dejaban crecer las especulaciones sobre su eventual postulación para la gubernatura, aunque en corto, en las reuniones de estrategia de la “4t”, siempre advertían que estaban en la mejor disposición para respaldar “la propuesta del presidente” que -a estas alturas ya se sabe- se trata de Rocío Nahle.

Este fin de semana, en el puerto de Veracruz, el joven Javier Herrera fue abordado por la prensa respecto a su postura política rumbo al 2024: - Como padre (Fidel Herrera) me respalda en todo lo que yo haga, pero hay que entender la realidad de Veracruz y ahorita hay una puntera y es Rocío Nahle y vamos a apoyarla. - ¿Su papá también apoya a Rocío Nahle? - Todos, todo Veracruz. – Pero ¿su papá como exgobernador? - Todo Veracruz, (mi papá) es veracruzano.

Aunque se le deba otorgar el beneficio de la duda, pues -en efecto- es reconocido como el vocero de su propio padre, a muchos priistas en Veracruz les cuesta trabajo creer que Fidel Herrera Beltrán, quien gritó a los cuatro vientos que se formó en el PRI y moriría siendo priista, de pronto ahora mande el mensaje de que en Veracruz debe ser apoyada una candidata de un partido distinto.

Tampoco es que aquí pretendamos defender un prestigio de “lealtad partidista” por parte de Fidel Herrera. Ejemplos sobras de que, cuando así convino a sus intereses, facilitó la victoria de otras fuerzas políticas, y la misma operación para otorgarle a su hijo Javier la franquicia del Partido Verde en Veracruz, es una muestra de que el pragmatismo fue una de sus características en su longeva vida política.

Lo que llama la atención es que al joven Javier Herrera (quien admite en la entrevista que el Partido Verde “gobierna a cien mil veracruzanos”, en una entidad de más de ocho millones de habitantes) no le quede mayor capital político, para aportar como ofrenda a Rocío Nahle, que “la palabra” de su padre, que hoy no puede salir a refutarlo.

filivargas@gmail.com

(DE LA COLUMNA "PUNTO DE VISTA")

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