Pues resulta que siempre sí tenían razón aquellos que en los momentos en que se supo de los berrinches del gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, con aquello de que no compartía los métodos centralistas de Dante Delgado, y de que se retiraba de la política al concluir su gobierno, eran pura faramalla, pura hipocresía y una forma de llamar la atención.

Lo anterior porque, así como la ‘Chimoltrufia’, como dijo una cosa ahora dice la otra.

Ahora resulta que Dante es lo máximo, y Enrique cogió su orgullo, se fue a la capital y limó asperezas con su líder nacional Dante Delgado y el tema de la reconciliación fue el mismo por el que hizo su berrinche hace apenas unos meses atrás. Sí, acertó, el tema fue Marcelo Ebrard. 

En la plática de la reconciliación, Enrique Alfaro se mostró lo más flexible ante la posibilidad de que Marcelo Ebrard se haga con la candidatura naranja y lo dijo de la siguiente manera: “Siempre he creído que este es un proyecto que debe tener puertas abiertas y actuar sin prejuicios, porque personas de bien hay en todas las expresiones políticas del país, no puedes juzgar a nadie por sus orígenes partidistas”.

Pero el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, fue más preciso ante las puntillosas preguntas de los reporteros: “Marcelo es una persona de bien” y respondió “Sí, sin duda, es mi amigo; además, lo aprecio”.

Bien lo han dicho, en la política los principios siempre pueden ser modificados según la ocasión.

Así ya verán cómo Samuel García el gobernador de Nuevo León, más pronto que rápido hará lo mismo que Enrique Alfaro.

Desde luego, la llegada de Marcelo al MC pondrá de cabeza la elección del 2024 y los que deben estar llorando de coraje desde ahora son los del Frente opositor PRI, PAN, PRD, pues de que Marcelo les moverá el tapete se los moverá.