Suena de verdad extraño que a estas alturas el gobernador Cuitláhuac García diga desconocer si los altos funcionarios de su gabinete que renunciaron para ir en busca de la candidatura al gobierno estatal (Éric Cisneros y Zenyazen Escobar) optarán por recuperar sus cargos o si seguirán inmersos en los temas electorales.

El mandatario estatal sugirió que “probablemente” los que hoy fungen como encargados de despacho serán ratificados.

La información que se tiene es que a dichos “encargados” se les advirtió que no movieran nada en sus oficinas, pues una vez concluida la etapa de las encuestas, aquellos que no resultaran favorecidos podrían recuperar esas posiciones.

“Tengo que ser respetuoso y están funcionando muy bien los compañeros Carlos Juárez, secretario de Gobierno como encargado y el profesor Víctor (Vargas). Es probable que se queden ellos, pero necesito platicarlo. No he tenido oportunidad. Ustedes han visto que mi agenda ha estado un poquito complicada”, explicó el gobernador este lunes.

Aquí sólo caben dos explicaciones: o el gobernador no quiso “mostrar sus cartas” y prefirió mantener el suspenso respecto al futuro de las opciones locales para la gubernatura (lo que hablaría de una perversidad poco conocida en el mandatario estatal), o de verdad no sabe que decisión habrán de tomar aquellos que eran sus colaboradores, en cuyo caso generaría la impresión de que los actores políticos de Morena en Veracruz no tienen la suficiente comunicación.

Mientras el caso de Zenyazen Escobar parece sencillo, pues incluso desde antes de inscribirse manifestó su decisión de sumarse al proyecto de Rocío Nahle, en lo que se refiere a Éric Cisneros son muchas las dudas que prevalecen.

Es un secreto a voces que Éric Cisneros llegó al gabinete estatal con la bendición del presidente López Obrador, pero sumado a un proyecto que en aquel entonces pasaba por la senadora Rocío Nahle.

Sin embargo, bien dicen que “el poder corrompe y el poder absoluto… corrompe absolutamente”.

Una vez que asumió el control de la política interna y del gabinete de seguridad, Éric Cisneros escuchó al diablito que todos llevamos dentro, que le sugería: “¿por qué ella y no tú? Tú sí eres veracruzano, a ti te conocen más en el estado”.

Conforme fue aumentando su poder en Veracruz, creció su ambición y ya cualquier otro cargo en el estado se le hacia poco. Éric Cisneros fue a la contienda interna convencido de que era el más reconocido y mejor evaluado de todos los aspirantes. La realidad le sentó como un balde de agua fría.

Pero el hecho de que no haya competido en las encuestas con Rocío Nahle y Manuel Huerta no significa que Éric Cisneros no posea un capital político importante que, suponemos, pondrá en la vitrina para ver quién se interesa por él. Su compromiso y su lealtad están con Morena… a menos que perciba que no le reconocen su peso político. En tal caso, ya debe haber considerado otros escenarios.

Una cosa es el discurso y la fotografía de unidad, y otra muy distinta es el ego herido.

filivargas@gmail.com

(DE LA COLUMNA "PUNTO DE VISTA")

Si quiere leer la columna completa, dé click aquí.