Este martes con sabor a lunes, el PRI de Veracruz se despertó con la noticia de la renuncia de Renato Alarcón Guevara al partido. Esta renuncia, por cierto, se veía venir luego de que Renato renunciara semanas antes a la Presidencia de la Fundación Colosio señalando inconsistencias y vicios por parte del CEN del PRI a cargo de Alito Moreno. 

Renato, junto con otros militantes priistas, conformó después el “Grupo Nuevo Veracruz”, con el que comenzaron a soplar los vientos de tempestad contra quien designó a Adolfo Ramírez Arana como presidente provisional y a Lorena Piñón como secretaria general. 

El problema fue que ante ese panorama que se avizoraba de rompimiento, en el Comité Directivo Estatal, Adolfo Ramírez hizo oídos sordos y como los Memes, ni los vio ni los escuchó. 

Ahora, aparte de Renato Alarcón Guevara, suena fuerte la renuncia de al menos otra docena de priistas, justo en estos momentos en los que alguno de los seis aspirantes destapados recientemente por Alito Moreno para dirigir los destinos del FAM en Veracruz necesitará unidad y puentes firmes para el diálogo, pero si Adolfo continúa en su franca pose y Lorena la secretaria general ande en la romería buscando adeptos para sus aspiraciones sin entrarle al toro por los cuernos para restaurar heridas, seguramente más gallinas y gansos se le saldrán del huacal. 

Renato Alarcón aseguró a Política al Día Express que buscó los canales de diálogo correspondientes, pero finalmente “no hay más que hacer… no puedo ser parte de ese PRI de Alito”. 

Y sí, en realidad la mayor carga de responsabilidad se le adjudica a Alejandro Moreno Cárdenas, pero los líderes en Veracruz hoy, “haiga sido como haiga sido”, son Adolfo Ramírez Arana y Lorena Piñón, y a ellos son a quienes se le están saliendo hoy los militantes. 

Renato Alarcón señala en su renuncia “Moreno Cárdenas es el dueño de la franquicia del Titanic y nos quiere dar un violín para que toquemos en cubierta. Y es el dueño, no el capitán, porque si fuera el capitán podría cometer errores, y se hundiría con el barco. Pero tengan claro algo, el famoso Alito no se va a hundir, va a negociar su futuro y se quedará con una pequeña franquicia que le permita venderse al mejor postor”. 

“De ese PRI, ni yo ni muchos podemos formar parte; algunos se han ido de manera silenciosa, otros públicamente”, advierte Renato. 

En fin, que será interesante ver cuál es la reacción del CEN de Alito y del CDE de Adolfo Ramírez y Lorena Piñón. ¿Buscarán el diálogo o dejarán que lo sembrado se quede sin cosechar?