La impunidad no solo se propicia por la no acción de la justicia, sino también por acuerdos políticos... de esos acuerdos vergonzantes por debajo de la mesa como el que se ha ventilado que sucedió entre el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, y Alito Moreno, líder del PRI, para entronizar al ahora flamante gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez. 

Sin embargo, acuerdos y convenios como ese, solo producen vergüenza y caída de caretas a los sucios políticos que en ellos intervienen. 

A la sociedad, ese tipo de acuerdos políticos por más vergonzosos que sean, pronto se convierten en anecdotas negras para quienes en ellos participan. 

Pero hay otros ‘acuerdos y convenios’ ocultos en los que las evidencias obligan a pensar que existieron.  

Un tema en este sentido expone hoy aquí Pablo Jair Ortega en su "Columna Sin Nombre", y se refiere al presunto fraude con las ya famosas videocámaras de vigilancia, piedra angular que ofreció Miguel Ángel Yunes Linares para -según él- acabar con la inseguridad en el Estado. 

Pero Miguel Ángel Yunes Linares ni acabó con la inseguridad, ni tampoco pudo explicar hasta hoy en qué quedó la millonaria inversión de las famosas videocámaras, según escribe hoy aquí Pablo Jair. 

El tema es que hoy se habla no solo de corrupción sino también de complicidad y acuerdos en lo oscuro. Es decir, pudo haber aquí otro vergonzoso acuerdo como el que confesó recientemente el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés. 

Pero no le contamos más, si quiere enterarse del caso Miguel Ángel Yunes Linares y las famosas videocámaras de vigilancia, le recomendamos leer a Pablo Jair Ortega y su columna completa aquí.