Las cuentas nacionales informan y dicen una cosa, pero la mayoría de articulistas y algunos columnistas opinan según sus propios intereses y argumentan a su modo lo que les conviene.
Sin embargo y, por ejemplo, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) que elabora el INEGI, la tasa de desempleo en el país durante el año pasado tuvo un repunte de la población ocupada.  

Es decir, hubo trabajo, es decir, las cifras tan altas que se dieron en el consumo interno no solo fue producto de los Programas Sociales del Gobierno, sino del trabajo.

Durante el 2023 se generaron 1.2 millones de plazas laborales más que en el 2022, para sumar un total de 59.1 millones de personas con alguna ocupación.

Además, se habla también de que los empleos provienen de la informalidad; sin embargo, las cifras que da a conocer el INEGI, fue en el 2023 de 1.3 puntos porcentuales menos que en el último mes del 2022.

En diciembre pasado, la tasa de desempleo en el país fue 2.6%, el nivel más bajo en la historia.

Son los datos los que mandan y eso debe importar algo más que las simples opiniones por más respetables que sean quienes las digan.