Cuando el maestro de ceremonias del magno evento nacional Enrique Castillo Sánchez Mejorada, terminó de dar el anuncio de que Claudia Sheinbaum de última hora anunció no poder asistir a la Plenaria Anual, el abucheo y la rechifla de directivos y socios, no se hizo esperar.

Enrique Castillo, explicó, que, a Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y a Jorge Álvarez Máynez se les había invitado con tiempo y los tres confirmaron su asistencia.

En ese momento, la candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia se encontraba en un mitin en Querétaro.

El que la cancelación de Sheinbaum para asistir al evento anual de Cotibanamex haya sido de último minuto, puede tener varias lecturas todas ellas imperdonables.

Es decir, pudo ocurrir desde un terrible olvido de Claudia Sheinbaum, hasta de las personas del equipo de campaña a las que se les responsabilidad de cancelar con tiempo la imposibilidad de asistir al evento.

Otra causa, grave también, es que Sheinbaum haya preferido y priorizar estar en el evento de Querétaro en lugar de estar con los banqueros.

También pudo ocurrir un error de cálculo por parte de los organizadores del evento en Querétaro, pues los dos eventos debieron ser planeados en la agenda de campaña con los tiempos suficientes para cumplir ambas actividades.

Sin embargo, el punto quizá no haya sido el abucheo y la rechifla que se llevó Claudia, sino que les dejó libre la cancha a Xóchitl Gálvez y a Jorge Álvarez Máynez, quienes entre otras cosas se lucieron hablando de lo que los directivos y socios de Citibanamex querían oír. Claudia sobre todo se llevó los aplausos cuando dijo que era cliente del banco desde hace 32 años, cuando apenas era una novata como empresaria.   

El tema es que independientemente del abucheo y silbatina de los presentes en la Plenaria de Citibanamex, en las redes sociales se dejaron sentir los contras de Claudia con toda clase de comentarios ácidos e irónicos como este “Qué le va a enseñar a los expertos doña Claudia si su educación ya quedó en rezago y así está todo México”.

Lo cierto es que, aunque en nada solucionará la medida, pero de seguro que alguien del equipo de campaña tendrá que pagar los platos rotos, pues difícil será que Claudia absorba la culpa.