Desde hace meses los altos funcionarios del Banco de México han navegado entre la disyuntiva de mover hacia arriba la tasa de interés de referencia o hacia abajo, con el fin de mantener en control la inflación en el país, y para fortuna del país la última decisión de mantenerla en 11 por ciento -hasta ahora- parece una decisión acertada.

El peso ha transitado tranquilo y ganando fuerza frente al dólar. Hoy mismo abrió en los mercados a 16.61 pesos por dólar y la inflación registró, según el último reporte del Banxico y el INEGI, un marginal rebote al llegar a 4.78 por ciento en la primera quincena de mayo. Además, la actividad económica (PIB) creció en 0.3% en el primer trimestre, arriba de lo estimado por las autoridades mexicanas.

Sin embargo, en los Estados Unidos referente monetario para la mayor parte de los países del mundo incluyendo México, no pueden decir lo mismo. La inflación allá no cede y presiona a quienes deciden la política monetaria de ese país, inclusive no se descarta que pudieran adelantar a subir la tasa antes de septiembre como lo han anunciado.  

Esas son las pistas al día.

Y como dice un refrán popular ‘Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar’.

El Banco de México deberá estar atento sobre todo a lo que pase con la inflación en Estados Unidos, pues si bien en nuestro país los aumentos de precios han sido moderados y muy lejos de los dos dígitos ese es el reto, que no se les salga de las manos.

La política es el tema, pero la economía es la base.