Después de los resultados del 2 junio, Andrés Manuel López Obrador, junto con el Secretario de Hacienda y el Secretario de la Función Pública, dijeron “¡Hasta aquí!”. 

Lo hecho, hecho está. 

Tomaron la escoba y el recogedor, para poner orden en Palacio. 

Se bajaron los retratos, se limpiaron los pasillos, se guardaron los artículos de uso personal y en toda la administración pública, bajaron el switch.

Desde ya, AMLO y los ejércitos burocráticos que mantuvieron andando la colosal maquinaria de los programas sociales, estarán enfocados en la elaboración de los Libros Blancos. 

Las suelas que antes se gastaban en las calles, ahora se aplanan frente a las escaneadoras industriales, que dejarán constancia de todo lo hecho en el gobierno de López Obrador. 

AMLO ha sido claro en cómo cerrará su gobierno y en lo que harán de aquí a octubre, cuando Claudia Sheinbaum, reciba la Banda Presidencial. 

Las dependencias y entidades tendrán dinero para la nómina. ¡No habrá despidos! Pero tampoco nuevas contrataciones. 

Se restringirá el gasto en telefonía, comunicación e internet, fotocopiado, combustibles, arrendamientos, energía eléctrica, viáticos, alimentación, remodelación de oficinas, papelería, útiles y consumibles. 

Se limitarán las asesorías, consultorías, estudios e investigaciones. 

Se acabaron los congresos, las convenciones, exposiciones, seminarios, espectáculos culturales o cualquier otro tipo de evento. 

Ya no se autorizarán viáticos y pasajes al extranjero, y se reducirán al mínimo necesario los que sean dentro del país. 

Pero sobre todo, ojo, ya no se realizarán procedimientos de licitación pública, invitación a cuando menos tres, ni adjudicaciones directas. O sea, ya no habrá más obras. 

AMLO se ha autolimitado, volvió a meter su mítico billete de 200 pesos a la cartera y prepara su gira del adiós. 

Tratará de terminar sus magnas obras: el Tren Maya, la Refinería de Dos Bocas, el Tren Interoceánico, y varias más. Pero ya no le tocará a él ponerlas en operación plena. 

López Obrador cumplió su ciclo, y lo sabe. Volverá a recorrer las calles pensando en México… y con la mirada perdida, perseguirá con parsimonia las palomas, sabiendo que lo que pudo hacer, lo hizo. 

Es un hecho. El oficio SFP/SSFP/0003/2024 de la Función Pública que se ha filtrado, lo comprueba. López Obrador volverá a su rancho. En lo práctico, AMLO bajó la cortina y cerró el changarro. 

(COLUMNA "POLÍTICA AL DÍA")