En su atribulo de ayer 21 de julio el especialista Kenneth Rogoff publicado en la página 74 sección de negocios del diario El País con relación a las implicaciones económicas del actual conflicto político global de aranceles unilaterales al comercio internacional, coinciden con la respuesta puntual que dio este lunes la virtual presidenta electa de México Claudia Sheinbaum a Donald Trump.

Rogoff escribe que las diferencias psicológicas y políticas entre grupos de poder están influenciando las decisiones económicas y menciona que por un lado están aquellos que abogan por la distribución inmediata de los recursos, y por otro, quienes apuestan por la innovación y el emprendimiento como motor de crecimiento?.

El título es una pregunta, que podría parecer gastada, pero es la que se hacen no pocos especialistas de todo el mundo: ¿Está dispuesto Estados Unidos a tener una guerra comercial con China?

Tan vigente y crucial es esa pregunta, que Donald Trump cada día gana más adeptos ofreciendo aranceles unilaterales a los productos chinos y amenazando con prohibir la llegada de inversiones de ese país asiático a suelo mexicano.

Y es que si hay un país en el que sus intereses económicos están por encima de los políticos es el de Estados Unidos y así lo expresa Rodoff: “Cuesta pensar en un tema que aglutine más a la clase política profundamente dividida de EE UU que la necesidad de contener la creciente influencia de China, ya sea a través de restricciones comerciales, aranceles a los vehículos eléctricos (VE) chinos o prohibiendo TikTok. Pero si bien el argumento de la seguridad nacional para este tipo de medidas proteccionistas es indudablemente convincente, no resulta claro si los líderes políticos y la población norteamericana están preparados para las potenciales consecuencias económicas”.

La conclusión de Kenneth Rodoff cuadra y avala por decirlo así la respuesta de la virtual presidenta electa de México Claudia Sheinbaum a Donald Trump con relación a la revisión del T-MEC y a que este ha ofrecido a los norteamericanos prohibir que inversiones chinas se asienten en suelo mexicano:  “México es un país soberano que toma sus propias decisiones en cuanto a inversiones extranjeras y destacó la importancia de mantener una política exterior abierta y diversificada para atraer inversiones de diferentes países, incluyendo China”.

Ya se verán las caras Sheinbaum y  Trump cuando tengan que revisar, -como lo establece el mismo convenio internacional-, los términos del T-MEC, sobre todo si Trump gana la presidencia el próximo noviembre.