Imposible analizar el tema del feminicidio en Veracruz sin decir que jamás será una fiesta o un triunfo que en 5 años hayan disminuido un 55% este tipo de lamentables y vergonzosos delitos. 

Pero, tampoco sería serio menospreciar los esfuerzos de una autoridad que se esmera, quizá no en evitar los feminicidios, pero sí en investigar a fondo y en que se castigue a los presuntos feminicidas.

Ahí es donde sí se justifica reconocer que haya avances, de que la Fiscalía veracruzana haya logrado detener 3.3 veces más presuntos feminicidas que el periodo anterior y que acreditó las pruebas suficientes para obtener 2.8 más sentencias que el anterior Fiscal.  

Es claro que si se sostiene que la impunidad alienta el delito, la eficiencia también debe en cierta medida colaborar en la disminución este tipo de delitos.

Así, Veracruz ocupa hoy el décimo sexto (16) lugar nacional en el índice de feminicidios por cada 100 mil mujeres, pero cómo olvidar que en el 2017 se ocupaba el cuarto lugar (4) y en el 2017 el séptimo (7).

Y, sí, como ya se dijo, no es para hacer fiesta, pero sí obliga reconocer que las autoridades hoy escuchan el clamor social de vincularse y coordinarse institucionalmente, peo sobre todo que logra avances cuantificables en la judicialización de los casos y se logran condenas ejemplares.

Cierto, no está todo resuelto, lo deseable es desterrar de la sociedad este vergonzoso delito, pero hay avances.