Una medida extraña e inesperada fue la que tomó este día el Banco de México al privilegiar el impulso a la economía a costa del sacrificio de los consumidores mexicanos, a pesar de que estos llevan ya varios meses sufriendo con la inflación.

El Banco de México (organismo autónomo del Gobierno) bajó la tasa objetivo de interés interbancaria a un día en 25 puntos base, lo que reduce de 11.0% a 10.75% a partir de este viernes 9 de agosto. 

La economía mexicana, que había logrado cierta estabilidad en los últimos tres años y que había mantenido sin cambios la tasa de interés de referencia desde el pasado febrero, puede desestabilizarse pues este jueves la Junta de Gobierno del Banco tomó la extraña medida, según dijeron, para “reducir el grado de apretamiento” ante al temor de una desaceleración económica. 

La pregunta es: ¿De verdad el Banxico espera que el consumo suba para impulsar la economía a sabiendas de que la medida, al mismo tiempo alentará la inflación al alza? 

Aunque en la Junta de Gobierno autónoma se acordó mantener la nueva tasa hasta el segundo trimestre del 2025 lo difícil será que lo cumplan y eso lo saben muy bien los ahorradores. 

Lo más extraño es que en el Banco de México haya tomado tal medida frente a tres fantasmas con espadas desenvainadas en la mano:

1.- La fuerte e incontrolada inflación que en los últimos meses ha golpeado el bolsillo de los mexicanos que, al no poder ser controlada por el propio Banco de México, en cierta medida ha mermado el impacto real de los programas sociales y el incremento en los salarios mínimos; 

2.- Otro fenómeno real y peligroso para la economía es la fuerte presión a que ha sido sometido el peso mexicano desde que se dio a conocer que los Estados Unidos había caído en una desaceleración de su crecimiento económico; y

3.- Quizá la más peligrosa. El debate en el Congreso de iniciativas de reformas Constitucionales, como es la del Poder Judicial, así como la difícil discusión política con respecto a la repartición de curules y escaños en el Congreso de la Unión con lo que la oposición busca echar abajo la sobre representación política. 

Esos tres puntos mezclados podrían ser dinamita pura, pues bajar la tasa no es, a mi parecer, la mejor forma de tratar a los fieles ahorradores y de mantener la empatía social con el gobierno de las clases populares que estoicamente y en silencio han resistido la sorda alza de precios no reconocida por las autoridades, pero que amenaza con reventar la pita en cualquier momento. 

Se adelanta aquí que, además, la medida del Banxico demeritará la fortaleza y seguridad del peso mexicano frente a otras monedas, algo que hasta el momento México venía presumiendo. 

Habrá que ver cómo reaccionan los mercados con esta reducción en el diferencial de la baja de tasas en México.  

Ojalá y la jugada le salga bien al Banxico, pues de lo contrario  cuando la inflación al alza no se pueda ocultar, aparecerán los cacerolazos que podrían confundirse con las presiones políticas de la oposición y el debate político en el Congreso que antes se mencionaron. 

El sentido común, que no se parece al científico de los consejeros del Banxico, solo deja ver que con esa medida se han dado balazos en el pie. 

Ojalá y me equivoque, pero difiero de la medida del Banxico pues no encuentro la razón, sobre todo cuando recién se le acaba de hacer frente y se salió airoso de lo que se conoció como el ‘lunes negro’ en la mayoría de las economías del mundo. 

Dice un dicho que si algo no está roto, no lo compongas. 

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(COLUMNA "FIGURAS Y FIGURONES")