No fue en el indicador del tipo de cambio en lo que se reflejó la sorpresiva medida tomada por el Banco de México (Banxico) de bajar la semana pasada la tasa de interés de referencia. Ya que contra lo que se esperaba, luego del Lunes Negro, el Peso Mexicano salió airoso; pues luego de arañar los 20 pesos por dólar, para el fin de semana se mantuvo por debajo de los 19 pesos. 

Por su parte, la Bolsa Mexicana de Valores también recuperó fuerzas. Sin embargo, lo que sí resultó muy delicado y peligroso, fue la caída del indicador de la confianza de los consumidores, ya que este sufrió una dolorosa reacción al perder 0.4 puntos y quedar en el 46.9%, es decir, con calificación reprobatoria con una diferencia inportante en puntos con respecto al mes anterior del -0.4%.

El Índice de la pérdida de confianza y su valor numérico resulta de promediar índices que hacen referencia a la situación económica actual y la esperada en el hogar del entrevistado, o sea, que tan propicio se considera el momento actual para la compra de bienes de consumo duradero. 

Así que si la confianza se pierde como se ve, la estrategia del Banxico de bajar la tasa para que el Consumo agregado aumente para fortalecer la economía, no se observa que les vaya a ser efectiva. 

Lo anterior, según el INEGI, institución que obtiene mediante series calculadas por métodos econométricos con base en los resultados de la Encuesta Nacional sobre la Confianza del Consumidor, elaborada de forma conjunta con el Banco de México.

Y es que quizá haya que decirles y repetirles a los dos consejeros del Banxico y a su gobernadora que el problema actual de México es la INFLACIÓN. 

Es decir, en este caso, se puede parafrasear a Bill Clinton cuando les dijo a los norteamericanos en el poder, durante su campaña política para alcanzar la presidencia: es la ‘INFLACION ESTUPIDOS’.