La renuncia de Gabriel Yorio González estaba cantada desde hace rato. Desde el lunes pasado fuentes internas de la Secretaría de Hacienda comentaron al autor de esta columna, que luego de que en una fuerte puja entre los planeadores del próximo gobierno y Claudia Sheinbaum, habían decidido que el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio González, no debía ir a dirigir PEMEX, y se tomó la decisión de que sería más útil al gobierno de Claudia Sheinbaum en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o en el Banco Mundial.
Yorio coincidió con ello.
Y lo que ayer pasó solo fue bajar el telón: Gabriel Yorio presentó renuncia con fecha 30 de septiembre a la Subsecretaría de Hacienda. Se pensó no empañar el inicio de gobierno de Sheinbaum con una renuncia tan temprana y por eso la renuncia previa.
Sin embargo, las especulaciones no se harían esperar.
Solo faltaba decidir quién lo sustituiría, lo que pasó desde el mismo lunes pasado cuando Sheinbaum se decantó por Edgar Amador, quien actualmente es asesor personal de Victoria Rodríguez Ceja, gobernadora del Banco de México. Así que Edgar Amador será quien aparezca en la foto con la nueva presidenta el próximo uno de octubre.
Lo demás que se dijo, solo fueron inventos.
Decir que Yorio le renunció a Claudia y que Rogelio Ramírez de la O iba a renunciar, fue un simple amarre de navajas como parte del deporte preferido de la oposición.
Gabriel Yorio González va a cualquiera de esos dos organismos internacionales -lo más probable en el BID- por decisión de gobierno y con el beneplácito de Sheinbaum.
Gabriel Yorio no va a ocupar ese cargo por ser amigo de Rogelio Ramírez de la O, ni por ser una eminencia, conocedor, o sabio en materia de financiamiento; va porque México tiene una silla en los consejos de esas instituciones Internacionales. Y si Gabriel hubiera renunciado por un capricho, Claudia no lo hubiera considerado para un cargo tan importante.
¿Alguien con tres centímetros de frente pudiera pensar que Sheinbaum, a unas horas de tomar posesión iba a perder valiosos minutos para salir a dar la noticia de la renuncia de Yorio ante los medios de comunicación? ¿Se iba a tomar el tiempo de decir que “Yorio tomó la decisión de dejar el gobierno federal para buscar un cargo internacional” y mucho menos a explicar que ‘fue una decisión de él’?
México tiene poder internacional en esos organismos: En el BID, por ejemplo, México representa a dos o tres países más del Caribe.
Y finalmente, los funcionarios que ahí van, por lo regular al ir creciendo suben a la burocracia internacional. Así sucedió con Yorio, quien después de ser alto funcionario en el Banco Mundial regresó al gabinete de AMLO.
Gabriel podría ser eventualmente un poderoso bateador emergente en Hacienda en cuanto empiece a hacer agua la maquinaria en manos de Ramírez de la O.
¿Lo duda?
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