Lo que todo mexicano sensato menos quisiera, es que se llegara a cumplir la advertencia que en uno de los debates presidenciales le hizo la candidata de la alianza opositora, Xóchitl Gálvez, a la morenista Claudia Sheinbaum: “se te va a caer el país”.

Sin embargo, aunque apenas lleva una semana en el poder, muchos quisieran ver desde ahora el temple de la Presidenta en funciones y su determinación para enfrentar con todo el poder el Estado la desbordada violencia que han desatado los grupos criminales en la mitad de las entidades, principalmente en Sinaloa, Guanajuato, Chiapas, Guerrero, Zacatecas, Morelos, Jalisco, pero que amenaza con extenderse y desbordarse en otras regiones del país.

La decapitación del alcalde priista de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, quien acababa de tomar posesión la semana anterior, fue otra de las alertas que cimbraron a la sociedad mexicana. Y es que tres días atrás ya había sido ejecutado el secretario del ayuntamiento de la capital guerrerense, Francisco Gonzalo Tapia, un abogado al que el munícipe había catalogado como “un hombre de paz”, tal como él mismo se consideraba también, según le declaró al periodista Pascal Beltrán del Río en su noticiero radiofónico al día siguiente del asesinato del secretario.

El alcalde Arcos Catalán dijo que intentó comunicarse con la gobernadora morenista Evelyn Salgado, la cual no lo quiso atender pretextando que estaba en una reunión con Sheinbaum. Pero la mandataria guerrerense jamás lo buscó para coordinarse con él y garantizar su seguridad y la de los capitalinos. La Presidenta tampoco se apersonó con su gabinete de seguridad en Chilpancingo. Prefirió asistir al funeral de la diputada Efigenia Martínez, a la que a pesar de su delicado estado de salud hizo que se presentara a la sesión solemne del 1 de octubre para que en un acto de gran simbolismo le impusiera la banda presidencial.

Ayer, en su columna El Asalto a la Razón que publica en el diario Milenio, el experimentado y acucioso periodista Carlos Marín comentó que “en la barahúnda de legisladores nacionalpopulistas que treparon a la tribuna para fotografiarse con Sheinbaum, alguien desconectó el oxígeno de la maestra, quien comenzó a languidecer y Claudia preguntó qué pasaba. Ifigenia balbuceó que le faltaba el aire y Sheinbaum inquirió si estaban pisando la manguera de la cánula nasal. Gente de Protección Civil pudo reconocer el aparato, pero a la frágil diputada no le alcanzó el aliento para leer el texto que llevaba preparado…”, cuya parte final rescató y reprodujo al día siguiente en su columna el periodista Joaquín López-Dóriga, en la que la compañera de lucha democrática de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Porfirio Muñoz Ledo quiso decirle a la sucesora del presidente Andrés Manuel López Obrador: “Que nuestras diferencias no nos dividan (…), que sean fuentes de propuestas y de soluciones compartidas a los distintos retos (…). Hoy más que nunca necesitamos tender puentes entre todas las fuerzas políticas, dialogar sobre nuestras divergencias y construir juntas y juntos un país más justo y solidario. Es tiempo de alturas de miras…”  

Pero Sheinbaum y sus congresistas tienen al país al borde de una crisis constitucional al tratar de imponer una reforma judicial que no han querido consensuar con la oposición ni con los ministros, magistrados, jueces y trabajadores del Poder Judicial de la Federación, quienes se oponen a ser elegidos por voto popular y demandan reformar también a las fiscalías del país, las cuales arrastran desde 2019 un volumen de más de 2 millones de averiguaciones previas y carpetas pendientes de concluir, según estadísticas oficiales del INEGI.

Ayer, el diario Reforma publicó que, en ese mismo periodo, el número de unidades administrativas y personal en las Fiscalías disminuyó, no obstante que su presupuesto aumentó.

El diario capitalino se basó en los resultados del Censo Nacional de Procuración de Justicia Estatal y Federal, que fueron presentados la semana pasada, los cuales indican que las Fiscalías habían iniciado el año pasado 2 millones 226 mil 3 indagatorias.

Las Fiscalías determinaron 1 millón 867 mil 626 indagatorias y cerraron 219 mil 705, dejando pendientes de resolver 2 millones 654 mil 284, casi un millón más que en 2018, cuando sumaron 1 millón 655 mil 813.

“La categoría ‘Pendientes’ se refiere al estatus de los procedimientos en las averiguaciones previas, investigaciones y carpetas de investigación (tanto en la etapa de investigación inicial como en la etapa de investigación complementaria) pendientes de concluir al cierre del año independientemente de que se hayan iniciado y/o abierto durante el año o en ejercicios anteriores”, explicó el INEGI.

Las Fiscalías con mayor número de procedimientos de investigación pendientes de concluir al cierre de 2023 fueron las de Jalisco, donde volverá a gobernar Movimiento Ciudadano (MC) con 526 mil 685; Baja California (Morena), con 279 mil 236; Coahuila (PRI), con 225 mil 219, y Nuevo León (MC), con 210 mil 238.

El diario del Grupo Reforma destacó que, en tanto, el presupuesto total de las fiscalías del país aumentó casi 30 por ciento entre 2018 y 2023, al pasar de 57 mil 328 millones a 74 mil 363 millones de pesos corrientes, pero que, de acuerdo con el reporte, sus unidades administrativas se redujeron de mil 520 a mil 176 y su personal total pasó de 119 mil 672 a 109 mil 731.

(DE LA COLUMNA "AL PIE DE LA LETRA")

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