La información que se ha publicado en medios nacionales indica que “La CNBV impuso 185 millones MXN en multas a Intercam, CIBanco y Vector por fallas en controles contra lavado. Solo Intercam y su Casa de Bolsa recibieron 26 sanciones por 92 millones MXN. Las infracciones incluyen no reportar operaciones sospechosas, justo tras ser señaladas por Estados Unidos el 25 de junio”. 

Es decir, se hicieron de la vista gorda y dejaron que “operaciones sospechosas” les llenaron las bolsas de dinero presuntamente sucio. 

Pero el tema político central es que detrás de una de esas instituciones se encuentra el nombre del empresario norteño Alfonso Romo, quien al inicio del gobierno de AMLO ocupó un alto cargo en Palacio Nacional y por ello, se han creado una serie de hipótesis que dejan mal parado al gobierno del tabasqueño. 

Extraña sobre todo que esas operaciones e instituciones sancionadas, tampoco fueron detectadas por la CNBV de México sino después que el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos lo hiciera, y que desde su jurisdicción ordenara a su sistema bancario no hacer tratos financieros con los bancos y casas de bolsa mencionados con residencia en México.

La pregunta es ¿Cuántos bancos más le han entrado al blanqueo de capitales de presunto origen ilícito? ¿Qué espera la CNBV para revisar a fondo y sancionar también a otras instituciones bancarias y de valores cuyos controles internos deben ser igual, instrumentos más que de simulación que para evitarlo? ¿Por qué hasta ahora se preocupa la CMBV por revisar a fondo dichos ‘controles’?