Al senador Adán Augusto López Hernández prácticamente se le vino el mundo encima. 

De casi ser el Presidente de México, ha caído a las aguas más profundas de un debate del que difícilmente saldrá limpio y menos como para convertirse de nuevo en candidato presidencial. 

¿Tiene caso repetir aquí u opinar de los porqués?

Sus mismos aliados -que los hizo y muchos- ya no saben ni cómo defenderlo. La mayoría de esos aliados y protegidos aún no maduran en sus cabezas lo que les viene. La mayoría no hablan ni para defenderlo ni para deslindarse. 

Dar una opinión desde fuera podría carecer de peso, pero las expresiones que empiezan a salir de adentro de MORENA -sinceramente para defenderlo o para deslindarse de la quema- esos sí que tienen mucho peso. 

Por ejemplo, lo que dijo Epigmenio Ibarra, morenista de hueso colorado, durante una entrevista en el Programa “El Chamuco TV”, que se trasmite por el  Canal 22, es mortal por necesidad y una losa que Adán Augusto muy probablemente no podrá quitarse de sus espaldas. 

“Adán Augusto López Hernández debe responder, sí es acusado debe ir a la cárcel… además, Adán Augusto le dio municiones a la derecha. Él, es decir, con su traición -porque omisión o acción es traición- dio municiones a la derecha. Es un hecho, y por eso es irresponsable porque mientras más cerca estabas de López Obrador, más tenías que cuidarte. El compromiso crece. Mientras más escalas en la voluntad popular y llegas a ser candidato presidencial -del movimiento- tienes que ser impoluto, no puedes tener muertos en el closet”. 

Adán Augusto y sus relaciones ciertas o no con el crimen organizado, quedarán en el ánimo popular, al menos, señalado para siempre. 

Su silencio lo condena.