Cuando los reconocimientos llegan desde adentro del propio gobierno, no tienen el mismo efecto que cuando vienen de fuera. 

Por ello, el que la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Delegación Veracruz Puerto, encabezada por Alejandro Cagigas Obeso, reconozca públicamente (y no solo eso) y aplauda la decidida acción del Gobierno del Estado en favor del rescate y fortalecimiento de la infraestructura carretera, eso cuenta y mucho. 

En el Estado hay problemas, y ¿Qué Estado, país o nación, no los tiene? Pero cuando se le entra con todo a esos problemas y mientras se esté trabajando, hay que poner cada quien su granito de arena para salir adelante. 

Los artistas viven del aplauso, los gobernantes del reconocimiento, y eso es justo lo que la CMIC hizo, reconocieron a Rocío Nahle y su gobierno.  

¿Cómo es que se pensaba avanzar en los empleos, el turismo, la industria y los servicios sin esquemas de movilidad y desarrollo regional?

¡No hay varitas mágicas, solo inversiones! 

Y cuando éstas llegan a ser del orden de casi los mil 500 millones de pesos para la modernización y reconstrucción de carreteras y puentes, cuando se invierte en salud y educación, agricultura, ganadería, y al mismo tiempo se ve por los que menos tienen, con criterios de universalidad, se trabaja más a gusto, con más ganas, sobre todo cuando esta inversión se reparte equitativamente desde el norte hasta el sur.