La conferencia de prensa de este lunes de la gobernadora Rocío Nahle García fue de muchos mensajes. Mensajes tanto políticos como de orden. 

¡Orden! Esa palabra que no a todos les gusta seguir pero que parece ser el sino de lo que quiere la gobernadora para esta administración. 

En tan solo unos segundos dejó en claro que su gobierno no hay “grupos”, lo que hay es gobierno y que todos son servidores públicos, por lo que tienen que jalar para el mismo rumbo. 

El que no haya grupos, no significa de ninguna manera que todos tienen que estar de acuerdo en todo independientemente de sus razones, lo que reduciría la gobernanza en maniqueísmo. El que no haya grupos significa, eso sí, que no hay sectores agrupados en torno a beneficios políticos individuales o grupales. Los “grupos” se dan afuera, fuera del Gobierno es válido que se aglomeren las fuerzas hacia fines comunes, pero una vez dentro, el único fin válido es Veracruz. 

Quien sepa escuchar, que escuche… y quien quiera ver moros con tranchetes, allá ellos. 

Pero no solo comentó eso, de por sí importante, dejó en claro también que en Veracruz hay cuentas claras, y esto no solo se comprueba con una declaración, sino que es palpable con el incremento de las participaciones federales que ha recibido el Estado. 

Es común destacar cuando Veracruz, desafortunadamente, está entre los Estados menos favorecidos con algún tema, pero lo que por lo regular no destacan algunos, es cuando a Veracruz le va bien con algo. 

En tiempos donde la mayoría de los Estados del país enfrentaron una reducción en la llegada de recursos federales, Veracruz aparece en la otra cara de la moneda: se colocó como el segundo Estado con mayor incremento en participaciones. 

Con esto se puede advertir que habrá más dinero disponible para la inversión social, para la obra pública y para el fortalecimiento de los municipios. 

Veracruz, después del desastre de las administraciones priistas y la efímera panista, en las que destacó por el desorden financiero, ha aplicado una férrea disciplina financiera y Rocío Nahle la ha sabido traducir en ventajas comparativas para Veracruz. 

Hay quienes hasta ponen el grito en el cielo cuando el Estado cumple con sus obligaciones ante el SAT, como si pagar lo atrasado fuera una cuestión solo de querer. Se han cumplido con Nahle las obligaciones fiscales, el pago al SAT, y el control del gasto y la responsabilidad en el manejo de la deuda fueron parte de las medidas que permitieron que Hacienda reconociera a Veracruz como uno de los pocos estados que crecieron en la recepción de recursos. 

Mientras el promedio nacional mostró una caída, Veracruz registró un aumento del 7.3 %, sólo detrás de Coahuila, de acuerdo al informe sobre el gasto federalizado de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Es decir, de las 32 entidades federativas, apenas nueve lograron crecer, y Veracruz estuvo entre los primeros lugares.

Lo importante aquí es el mensaje de confianza que se envía a la Federación y a los mercados: un Estado ordenado en sus finanzas recibe más respaldo, lo que se traduce en beneficios directos para la gente. 

En seis meses, la administración estatal logró revertir inercias y poner en orden la casa. 

El reto ahora es sostener esta disciplina para que los recursos adicionales se conviertan en mejores carreteras, hospitales, escuelas y programas sociales.