Como bien se dice en el título "¡Una golondrina no hace verano! Pero ¿Qué tal tres?…" Y es que luego de que las notas de las calificadoras de riesgos financieros: HR Ratings y Moody’s le dieron a Veracruz las mejores notas en cuanto a su estabilidad y perspectivas, otra internacional como Fith Ratings elevó su nota a nivel A y le dio perspectivas estables.

Lo anterior expresa confianza, seriedad en el manejo de las finanzas públicas, toma de medidas de austeridad, manejo responsable del recurso público, reducción de deudas históricas y la aplicación de medidas eficaces para la captación de recursos públicos.

Es decir, un estado ideal para cualquier entidad sea pública o privada.

Un bello sueño del que no muchos pueden disfrutar: que calificadoras internacionales especializadas mejoren el perfil crediticio de largo plazo y financiero como el que se le ha otorgado a las finanzas de Veracruz, no cualquiera.   

De acuerdo con el informe de Fitch Ratings, uno de los factores clave fue la eficiente recaudación de ingresos a través de la SEFIPLAN al ofrecer facilidades de pago y beneficios fiscales, aplicar una fiscalización más estricta e intercambiar información con la Federación, además de que se modernizó el marco legal con nuevos conceptos en el Código de Derechos, lo que permitió que más personas y empresas cumplieran con sus contribuciones.

En materia de gasto, la administración regularizó la nómina educativa, centralizó compras y adquisiciones y estableció esquemas de planeación financiera en todas las dependencias, garantizando que cada peso del presupuesto tenga un destino claro y transparente.

Tan cierto lo anterior que por primera vez desde hace ya bastante tiempo, un gobernador de Veracruz, en este caso Rocío Nahle García, pudo anunciar el aumento en los sueldos de sus trabajadores.

Cuenta mucho que esta vez, el actual gobierno de Rocío Nahle no recibió una caja en bancarota o sostenida con alfileres como sucedía en cada cambio de estafeta entre los gobiernos priistas y panistas.