Luego de que dirigentes sindicales del MUTEV salieron a los medios para darle un coscorrón al actual director del IPE, Luis Octavio Hernández Lara, y acusaron que “Se conduce de manera insensible y opaca, desatendiendo la responsabilidad que tiene con las y los docente derechohabientes, al no dar puntual respuesta a sus trámites de manera oportuna”, algo se movió. 

Además, Francisco Javier González Villagómez, secretario general del Sindicato Magisterio Unido por la Transformación de la Educación de Veracruz (MUTEV), recriminó públicamente la conducta del funcionario estatal, al señalar que se la “pasa haciendo vida social, haciendo eventos sociales o en algunas cuestiones para salir en las fotografías”. 

¡Y funcionó! Ya que con el rabo entre las piernas, el alto funcionario del IPE, como por encanto, les abrió las puertas del Instituto y de su sala de juntas y, sonriendo, como si nada hubiera pasado, platicó muy atento con los representantes sindicales del MUTEV y como debía ser, llegaron a varios acuerdos importantes para los trabajadores derechohabientes del Poder Ejecutivo de Veracruz.

La pregunta de siempre es, ¿Pero qué necesidad? Si para eso están, para eso se les paga.

La duda es si los demás sindicatos tendrán que recurrir al mismo método como el MUTEV para que les abra las puertas de sus oficinas para el oportuno y necesario diálogo. 

A propósito, el tema debería ser objeto de legislación, pues por actitudes como las del director del IPE, Luis Octavio Hernández Lara, es que luego los afectados bloquean las calles y alteran los derechos de terceros. 

El punto debe ser que las protestas sean válidas luego de que los responsables de solucionar los problemas no lo hicieron por incompetencia, pero antes debe haber diálogo y búsquedas pacíficas de solución. Y también que después de que haya bloqueos y se evalúe el porqué de los mismos, si los funcionarios fallaron, que renuncien. 

¡Ojo diputados!