Fuentes al interior de Palacio Nacional me hacen saber que el presidente López Obrador ya tuvo intercambios con Carlos Salinas de Gortari, (a través de terceros), e incluso en una ocasión, vía telefónica. Los eternos antagonistas decidieron “romper el hielo”, (de manera estrictamente temporal), por una simple y sencilla causa: la sucesión en el 2024.

Y es que ante la evidente anuencia de AMLO, medio salinismo se encuentra incrustado en distintas áreas del Gobierno Federal, lo cual no es coincidencia. Ocurre que, ante la preocupación por perder la sucesión presidencial, sea quien sea el candidato o candidata opositora, el tabasqueño decidió buscar una tregua con el conocido “innombrable”.

Ante la necesidad de profunda discreción en el tema, sólo 5 personas tuvieron acceso a la logística de diálogos entre López Obrador y Salinas de Gortari. Producto de estos intercambios procedieron los “destapes” de Sheinbaum y Ebrard, así como la consecuente “cuerda floja” para Monreal.

Salinas no tiene candidatos o posibilidad de elegir al interior de la alianza opositora, situación que lo ha llevado a poner los ojos donde actualmente se encuentra su fuerza real: el gabinete presidencial; por ello, el egresado de Harvard tiene el mismo interés que AMLO en la candidata o candidato oficial.

Primero fueron los mensajes a través de dos personajes de confianza para ellos, después, la charla vía telefónica, misma que duró casi 8 minutos. Ahí, acordaron que no existan más de dos opciones “oficiales” para la candidatura: la de AMLO (Claudia Sheinbaum), y otra consensuada por ambos, (Marcelo Ebrard). El caso de Ricardo Monreal fue etiquetado como “alternativo”.

El asunto central es que tanto en Palacio Nacional como en el equipo de Salinas de Gortari, observaron serias posibilidades de alternancia en el poder para el 2024, sin importar el candidato (o candidata) que coloque la denominada alianza opositora.

Salinas decidió apoyar a AMLO por mera diversión y ganas de continuar presente en la política mexicana. El de Tabasco se juega mucho más que el expresidente en esa elección. Hay alianzas que se dan sólo en contextos de guerra, y acaba de gestarse una “de carácter provisional” dentro de Palacio Nacional. Veremos qué ocurre.

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