Mencionó que para tratar este padecimiento, se cuenta con un protocolo de diagnóstico y tratamiento que incluye revisar al menor de edad y a sus padres, la prescripción de benzoato de bencilo e indicaciones de higiene por tres días consecutivos, aunque las indicaciones médicas específicas se dan de acuerdo con el perfil del paciente.
La especialista señaló que muy importante no automedicarse ni usar tratamientos caseros o seguir recomendaciones empíricas que pueden causar daños a la salud, además de no usar insecticida, petróleo o gasolina para eliminar los piojos y las liendres, porque son sustancias tóxicas que se absorben a nivel de piel y pueden condicionar problemas mayores.
Villegas Navarro explicó que la pediculosis puede atacar a cualquier persona, aunque en los lugares donde hay mayor aglutinamiento y contacto entre sí la posibilidad se incrementa, por lo que niñas y niños en edad escolar, de entre cinco y 15 años de edad, son los más afectados.
Detalló que las liendres son los huevos de los piojos y se quedan fijas en el cabello a una distancia de entre 0.5 y 1.0 centímetros antes de la raíz en la nuca y atrás de las orejas del paciente.
Los síntomas inician con mucho prurito y picazón constante, que al rascarse, genera excoriaciones en el cuero cabelludo, lo que puede lesionar la piel e infectarla causando irritación.
Para prevenir este padecimiento, recomendó que los niños usen el cabello corto y las niñas lo lleven recogido, esto dificulta que el parásito penetre en sus cabezas.
La especialista descartó que la enfermedad tenga que ver con falta de higiene, pues, el piojo busca una cabeza limpia porque requiere oxigenación, cuando no hay condiciones, el parásito migra a otro huésped.
El contagio, afirmó, es de cabeza a cabeza o por compartir objetos personales como peines, ligas, adornos para el cabello, gorras, sombreros, bufandas o bien por usar la ropa de cama o almohadas de una persona infectada.
NTX/RBR/FUP
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