“Reyes Heroles, el personaje público, no era muy bromista. Era serio. Pero no tanto como la gente lo imagina… Era presidente del PRI y llamó a un amigo cercano a las finanzas de su partido, Sergio Benhumea. Los pagos se hacían, por lo menos parcialmente, en efectivo. Eran principios de los setenta. Un día le dio instrucciones: en los sobres, a unos les pones mil pesos de más y a otros mil pesos de menos. Pero para qué Chucho, respondió el poblano de ojos claros. Si reciben menos y no te reclaman, son unos pendejos. Si reciben más y no te lo aclaran, son unos rateros. Huelga decir que la lista confidencial de los dos rubros era motivo de grandes carcajadas. Lleva medio año cobrando menos y no abre el pico, le pregunto, todo bien y no dice nada. Es un pendejo. La lista de potenciales deshonestos también les servía”. Escribe Federico Reyes Heroles en “Orfandad. El padre y el político”. |