Si nos apuran el evento azul y amarillo apabulló al rojo. En el acto frente a Palacio hubo garra, enjundia, fuerza y un discurso político combativo que encenderá pasiones; los seguidores de Yunes Linares traen en sus ojos la mirada de tigre. En el evento de los rojos, en cambio, hubo menos ruido, menos color, menos acarreo, menos idea y mucho acartonamiento. Pero la madre de todas las batallas apenas empieza. Ayer azules y amarillos comieron pichón y se apuntaron el uno a cero. Y es que llegar a 86 años no es fácil, en esa senil edad los reúmas duelen y paralizan los signos vitales. A esa edad ni una cirugía mayor es sinónimo de éxito. El PRI está partido y en peligro de extinción, con la salvedad de que aún mueve la cola. Admirable, que a tal edad y tantos desatinos, aún tenga posibilidades de ganar. En la elección federal pasada dejaron a todo mundo con la boca abierta. Un sabio de la política comenta que contra la lógica, los viejos son más pragmáticos y sabrán encontrar la forma de integrar a hectoristas, pepistas y duartistas y ganar la elección. Amadeo puede ser pilar en la unificación. Héctor y Amadeo saben muy bien que la lucha es por la supervivencia. |