Desde el inicio el periodista de la mente brillante Felipe Hakim le soltó una pregunta con jiribilla: ¿Con quién vas, con el tío Héctor o con el tío Miguel? Como si esperara la pregunta, Oliver -el más simpático de los hijos de Juan Felipe- respondió: “Con el tío Pepe”. Algunos de los socios de Otero que usaron el micrófono pidieron mayor sensibilidad a los empleados de la oficina que dirige Óliver, sin embargo hay constancia que si en este cuasimodo mundo de la burocracia hay un lugar con sensibilidad en la atención a los usuarios, es ahí precisamente. Por lo regular los trámites son ágiles y los asesores amables y respetuosos con todos pero más con las personas adultas y con quienes no tienen ni idea de lo que son los sistemas de cómputo. El encuentro con Otero fue político porque, aparte de la cátedra de propuestas que dio Jesús Castañeda Nevárez, Oliver demostró sus dotes de político moderno: no dijo nada, solo se ofreció ayudar en todo lo que necesitemos y repartió tarjetas de presentación. Fuera de foco, nos dijo que la tercera vez que se postule a un puesto de elección popular será la vencida, pero en el 2018; y nos confió que ha perdido dos elecciones por ser honesto. Y la verdad, así se le notó en su forma de hablar, sin rollos, sin promesas, como debe de ser. Leonor de la Miyar como siempre líder y atenta, aunque con una ligera molestia en la mejilla. Ha de ser de tantos besos que recibe a diario la popular “Comandanta”. |