En los cafés se dicen cosas que a veces los mortales no entendemos bien, pero por algo lo dicen. Aseguran los refranes que el que calla otorga, o en este caso, los que callan otorgan. Es sumamente raro que hace meses muchos nombres se mencionan como parte integrante de la banda de forajidos que desvalijaron las finanzas veracruzanas, como parte de la banda que maquinó el gran fraude al Gobierno de Veracruz mediante la ruta de empresas fantasma y no protestan, se quedan calladitos pensando que se ven más bonitos. En los cafés se habla de los que formaban el primer y segundo círculo íntimo del Gobernador como Ricardo Sandoval y Juan Manuel del Castillo. De algunos más que servían de camellos para los aciagos propósitos Duarte o del mismo Fidel Herrera como Vicente Benítez. ¡Y ninguno protesta! Nadie advierte daño moral o difamación. En esa tesitura se han mencionado otros nombres que también han callado, que permanecen azorrados como Carlos Aguirre, Ranulfo Márquez, Mauricio Audirac, Ramón Ferrari, Fernando Charleston, Gabriel Deantes Ramos, y varios más. En listas muy parecidas se mencionan a diputados federales, locales y alcaldes, que tampoco han dicho “esta boca es mía”… y esos son solo algunos de los más connotados, pero faltan más, muchos más. Qué conchudez también la del líder nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, al aceptar que son políticos a los que no puede privar de sus derechos partidistas porque no han sido acusados por nadie. ¿Quiere más? ¿Quiere más si todos los días son acusados por casi todas las bocas en las casas, escuelas, comercios, camiones y, claro, hasta en la mesa de los cafés políticos? Tal vez no sea falta de pruebas, sino falta de militantes si es que expulsa a todos. |