En donde están más que felices es en Veracruz y Chihuahua por la salida de Arely Gómez de la PGR. Los Duartes, aunque no lo crean, siguen pesando mucho en este país. Guadalupe Loaeza escribe hoy en diario Reforma de “Javier Duarte, el fugitivo”, y dice que el caso de Javier Duarte es el caso más vomitivo de los últimos tiempos... “Javier Duarte es un ladrón, un irresponsable, pero sobre todo es un cínico que pensó que sus tropelías iban a quedar impunes por el solo hecho de pertenecer a un partido en el cual la corrupción es práctica habitual”. ¿Por qué quitó Peña Nieto a Arely Gómez? Edgardo Buscaglia, académico-investigador y conocido analista político experto en asuntos del crimen organizado afirma lo que muchos piensan: que la fuga de Javier Duarte “es un modus operandi muy usual en gobiernos de comportamiento mafioso, como el mexicano” (sinembargo.mx). Valdría la pena preguntarse si el pitazo fue para ¿salvar a Duarte de las manos de la justicia o para tenerlo a buen resguardo para evitar que hablara y denunciara sus cómplices? ¡Duarte sabe demasiado! Parece que ni siquiera fue necesario que Miguel Ángel Yunes Linares presentara las pruebas que iban a “cimbrar al país”, con el puro anuncio fue suficiente para poner a temblar a todos. Marco Arellano Toledo, investigador de la UNAM afirmó que “Me parece que las expectativas (de Gómez en la SFP) son mínimas. Lo que nos ha enseñado el Presidente es que juega ajedrez, mueve piezas y no hay ningún resultado”. Todo parece configurarse como parte de un entramado mayor, mucho más allá de nuestras campiranas capacidades de entendimiento y que en las altas esferas del poder, juegan con nosotros como peones desechables de ajedrez. |