La segunda: que su mensaje permeara y quedara en la mente y corazón. También la pasó muy bien, pues el mensaje fue corto (menos de 15 minutos), diáfano y claro, por lo que fue recibido con claridad.
Y la tercera prueba: que ocupara la oportunidad para dialogar y no sólo para transmitir. Sólo esa prueba no la pasó en vivo, pero uno a uno fue contestando los cientos de comentarios y aclarando puntualmente las preguntas y dudas que le fueron planteadas.
En fin, 3 de las 3 pruebas fueron superadas y se consiguió el objetivo de presentar un informe austero.
Bien por Pepe. |