Los que piensan que la violencia, amenazas y “visitas” para revisar domicilios y oficinas de políticos son parte de la violencia en general.
Los que creen el cuento de que los gobernantes no meterán las manos en el proceso electoral con dinero público, amarres corporativos, amenazas, compra del voto y guerra sucia.
Los que piensan que los partidos políticos ajustan sus gastos a los topes de campaña.
Los que piensan que el carrusel, ratón loco, embarazo de urnas, el acarreo y otras trampas electorales son cosa del pasado.
Los que piensan que las elecciones se ganan y no se compran.
Y, finalmente, los que creen en las promesas de campaña.
Si usted se encuentra entre ellos, ponga hoy su carta a Melchor, Gaspar y Baltazar. |