Muy interesantes las reflexiones que hace el distinguido periodista Armando Ortiz Ramírez y que plasma en su columna de este martes.
Es cierto que algo está fallando en el Ayuntamiento de Xalapa y muchas veces los problemas vienen desde la cabeza. Es grave que su mayor mérito es mandar a unas cuantas cuadrillas a chapear el monte y a pintar guarniciones, mientras que en su cara el comercio ambulante sienta sus reales; es grave que habiendo tantas carencias haya caído en un subejercicio millonario por no saber invertirlo; es grave que la limpia pública continúe inestable y que se siga llevando la basura a un relleno sanitario evidentemente fuera de la norma. Hay gravedad en Xalapa y el problema puede ser, como bien apunta Armando, que Hipólito ya no quiere gobernar.
Tan solo el título de una de las pastillas de su columna de hoy es sumamente revelador "Hipólito Rodríguez ya no quiere ser alcalde”, pues en pocas palabras engloba a la perfección cuál puede ser el verdadero problema de la Capital: un alcalde que no es que esté siendo rebasado, sino que se nota apático, indolente, insufrible, hastiado, cansado y sin la menor ilusión de trascender.
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