Lo que pudo haber sido una completa faena con orejas y rabo, terminó en una encerrona de la que el gobernador Cuitláhuac García Jiménez salió raspado y con media cornada en el pie.
Este martes todo pudo haber sido fiesta, jolgorio y buenas noticias, al anunciar el Gobernador el proyecto de la reestructuración de la deuda bancaria del Estado de Veracruz.
Cuitláhuac se pudo lucir haciéndose acompañar solamente del Secretario de Finanzas, José Luis Lima Franco, y entre los dos dar las buenas noticias al pueblo veracruzano: la reducción del plazo promedio de la deuda, la reducción de la tasa de interés promedio y los 4,600 millones de pesos aproximados que se ahorrará el Estado con dicha reestructuración.
|
Todo hubiera sido bueno, positivo, cifras alegres y las cuentas de la lechera… pero no, a alguien se le ocurrió que era buena idea contaminar la conferencia e invitar al Secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, y al de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado, para hablar de la inseguridad en Veracruz.
Una completa falta de timing político, un error de cálculo de sus asesores de la oficina del Gobernador o de sus asesores en Comunicación. El caso es que al parecer alguien está interesado en sabotear al Gobernador pues los medios de comunicación y la mayoría de los veracruzanos que siguieron la transmisión de la conferencia, se entretuvieron más en los traspiés que cometió Cuitláhuac al hablar de los feminicidios, homicidios, índices de inseguridad y en general señalando que -como siempre- la culpa es del Fiscal.
¿Qué necesidad de enredar las pitas y revolver dos temas completamente distintos? Una buena estrategia se debe basar en un solo objetivo, uno claro y concreto. Primero le hubiera dado las buenas noticias a Veracruz y después, en otra ocasión, se hubiera enfrascado en esa guerra estéril que pocos quieren escuchar y en la que nadie cree: Winckler vs Cuitláhuac.
¿Le fallaron al Gobernador? ¡Claro! Su equipo no trae el timing político adecuado. Hoy, e incluso toda la semana, el tema debió haber sido: la Reestructuración. ¡Nada más! |
