En los cafés de la capital se platicó del penoso caso del Fiscal Anticorrupción Marcos Even Torres Zamudio, quién llegaba a las sesiones del Comité Coordinador del Sistema Estatal Anticorrupción (SEA), ‘como un convidado de palo. Sólo llega, se sienta, y se pone a tomar café y comer galletas, pero no tenemos de él ningún informe de las acciones anticorrupción de su Fiscalía, aseguró el Presidente del Comité, Emilio Cárdenas Escobosa.
Desde su nombramiento Even Torres dio mala espina, durante su corta gestión no tuvo ningún evento por decir algo, espectacular. A no ser por las grabaciones que circularon en su contra por supuestas negociaciones turbias, nada en sí que se le pudiera aplaudir, no se supo de investigación alguna ni contra Duarte ni mucho menos para quien lo impulsó al cargo.
Hay por ahí quienes aseguran que Marcos Even es muy capaz, honesto, probo y un montón más de atributos, desgraciadamente y para mala fortuna de los veracruzanos no lo demostró como Fiscal.
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Hoy Even Torres se encuentra con la guillotina al cuello pues no se ha presentado a laborar desde hace 29 días, por lo que los legisladores locales le van a echar el guante y recomendarán a la Fiscal encargada su destitución formal.
En los cafés se apuesta que mañana martes 8 de octubre tratarán en el Congreso el caso del Fiscal Anticorrupción en la JUCOPO, donde la mano de Juan Javier Gómez Cazarín pesa y hace tiempo que lo trae entre ojos.
Lo extraño del caso es ¿cómo, si el Fiscal Anticorrupción es actualmente prófugo de la justicia según informó la Fiscal encargada Verónica Hernández Gadiáns, se le tienen tantas consideraciones para destituirlo de la Fiscalía? ¿Y qué, si se presenta hoy o mañana le perdonarán las 29 faltas?
¿Puede un prófugo de la Justicia estar vigente como funcionario público? ¿A qué le teme la Fiscal encargada para destituirlo o para encerrarlo?
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